La pulsera roja de siete nudos

En ocasiones vemos a personas que llevan un hilo rojo atado a la muñeca izquierda. A veces se trata únicamente de un hilo en cuya terminación hay varios nudos; y, en ocasiones, vemos que tiene forma de pulsera con siete nudos franciscanos. Al preguntar por su significado, las respuestas suelen ser variadas, relacionándolo con la suerte generalmente. En este artículo vamos a explicar su significado desde la tradición esotérica del misticismo hebreo.

Dentro de la mística y la tradición esotérica hebrea, aparece este símbolo de la pulsera de los siete nudos. Según esta tradición, la pulsera de hilo rojo se considera un amuleto protector. Se dice que esta pulsera, que lleva hilos teñidos de rojo y atados con siete nudos, proporciona protección espiritual contra fuerzas negativas como el mal de ojo (Ain HaRá).

Para entender el significado de este amuleto de protección debemos tener una pequeña introducción a lo que es el Árbol De La Vida, que representa las diez dimensiones o atributos de la realidad. Todos estos elementos son los que permiten la existencia y suponen la trascendencia, la sabiduría, la inteligencia, la generosidad, el rigor, la belleza, la victoria, la gloria, el fundamento y la realidad física de la materia. De todas estas dimensiones representadas jerárquicamente en el diagrama del árbol, las siete inferiores son las que determinan los aspectos biológicos y emocionales de la persona, quedando por encima las otras tres que representan la dimensión trascendental del individuo. 

¿Por qué el rojo?

El rojo es un color evocador. Representa fuerza y pasión. Muchas tradiciones han utilizado este color de manera muy significativa y simbólica. Sin embargo, es un color que tiene una dimensión demasiado estricta, en cuanto a límites se refiere.

El color rojo se menciona frecuentemente en los textos sagrados y, se suele emplear en relación con la protección contra las fuerzas de la muerte y la destrucción. Es de gran importancia por múltiples motivos: Primeramente, se encuentra en el extremo inferior del espectro de colores visibles, lo que connota el nivel más bajo de luz y una asociación con la negatividad extrema. La inclusión del color rojo en el hilo de lana se percibe como una especie de atenuación de la energía negativa. En consecuencia, esta práctica actúa como una suerte de vacuna protectora contra las fuerzas destructivas vinculadas al mal de ojo.

El rojo representa la fuerza en el Árbol De La Vida. Se trata de la esfera llamada Guevurá, la quinta en la estructura, y la segunda de los atributos emocionales. Es la que da equilibrio en el sentido de rigor y fuerza a todas las dimensiones vitales de la existencia ya que su carácter es totalmente restrictivo. Compensa la energía expansiva de la generosidad; la cual, si no tuviera límites avasallaría el resto de la realidad. Sirve de filtro restrictivo para que el resto de dimensiones inferiores estén equilibradas. El rojo es el color de la sangre y el fuego y el juicio como contrapunto equilibrante de la bondad y la misericordia.

¿Por qué de lana?

Originariamente se teñía lana blanca en color rojo. Como sabemos, el mundo se encuentra constantemente supeditado a dos fuerzas primigenias: la misericordia y el juicio. En el Zóhar, el antiguo texto kabbalístico, se desvela la raíz energética de toda manifestación en el mundo físico, categorizando la totalidad de la realidad material. El Hilo Rojo, confeccionado a partir de lana, es portador de la energía de la misericordia y la protección. Al teñir la lana originalmente blanca, representante de la misericordia, de un tono rojo, símbolo de juicio, se establece de manera tangible una conexión que transforma el juicio en misericordia y la oscuridad en Luz.

El color rojo, además, se emplea con el propósito de atraer y retener todas las fuerzas judiciales que emanan del mal de ojo, confinándolas al hilo físico y evitando que penetren tu cuerpo físico o tu aura metafísica. En el proceso de transformación de la lana blanca, que originalmente simboliza el juicio entrante, en misericordia, se configura un escudo de protección que te rodea.

¿Por qué el siete?

De las diez dimensiones de la existencia, hay tres que se consideran superiores: la trascendencia, la sabiduría y la inteligencia. A partir de estas tres, hacia abajo, se extienden las siete restantes que suponen, en la persona todo su ámbito emocional y biológico. En este sentido, las distintas energías (generosidad, fortaleza, belleza interior, relación con los demás….) deben estar en constante interrelación. 

¿Por qué los nudos?

Cada nudo representa una de las dimensiones inferiores y el desequilibrio en una de ellas altera toda la estructura del árbol de la persona. Por tanto, lo que aquí representa cada nudo es cada una de las dimensiones y, según la tradición, protege y rechaza cualquier energía que venga en ese ámbito. 

¿Por qué en la muñeca izquierda?

El brazo izquierdo y la mano izquierda simbolizan la capacidad de recibir, mientras que el brazo derecho y la mano derecha representan la fuerza de dar. Por tanto, las energías negativas tienden a ingresar a nuestro ser a través del lado izquierdo. Al llevar el Hilo Rojo en la muñeca izquierda, lo que logramos es interceptar, neutralizar y transformar cualquier influencia negativa justo en la puerta de entrada, en el momento mismo en que trata de ingresar.

Desde la perspectiva de la Kabbalah, el lado izquierdo también está asociado con el «Deseo de Recibir», y el concepto del mal de ojo se arraiga en el anhelo egoísta de obtener para uno mismo. De ahí que atemos el hilo a nuestra muñeca izquierda, para que cada vez que deseemos algo o a alguien, el Hilo Rojo nos sirva como un recordatorio constante para cambiar nuestro anhelo de recibir solo para nosotros mismos y transformarlo en un deseo de recibir para compartir con otros.

¿Cómo se traduce esto en la vida diaria? En lugar de envidiar lo que poseen otras personas y centrarnos en lo que nos falta, algo que a menudo genera sentimientos negativos, el Hilo Rojo puede ayudarnos a reconocer simplemente esos deseos previamente desconocidos y orientarnos conscientemente hacia la búsqueda de esos deseos con la intención de compartir lo que recibimos con generosidad.

La estructura sería la siguiente:

Nudo 1: la generosidad. Nos va a proteger de todo aquello que afecte a nuestra prosperidad, el daño que puedan hacernos terceros. 

Nudo 2: la fuerza. Este nudo nos va a proteger de todo el daño o injusticia al que podamos vernos sometidos. El mal opera en este ámbito con las maneras en las que se nos juzga. Debemos tener en cuenta que también nosotros evaluamos lo que otros tienen en relación con nosotros y juzgamos indebidamente a los demás.

Nudo 3: la belleza. Entiendase la belleza y el amor como la belleza interior, la armonía que tiene una persona, el amor hacia sí misma. Por tanto este nudo nos va a defender de todo aquello que dañe nuestra autoestima, autoconcepto y amor propio.

Nudo 4: la victoria. Este nudo nos va a proteger de aquellos que quieren subyugarnos y derrotarnos; a todo lo que suponga un abuso.

Nudo 5: la gloria. En este ámbito, nos va a proteger de toda humillación. Las humillaciones vienen generalmente de modo verbal: mediante mentiras, calumnias, hablando cosas que nos vejan y humillan, la burla… 

Nudo 6: fundamento. Este nudo nos protege de nuestro entorno social. La envidia de los demás, por ejemplo, es una energía tremendamente fuerte que altera nuestro desempeño y prosperidad. También tiene una importancia capital al defendernos de nosotros mismos y nuestro peor enemigo, el ego.

Nudo 7: La materia. Este ámbito representa todo aquello de carácter biológico y material de la existencia. Este nudo va a proteger lo que tenemos y lo que somos a nivel materia.

¿Quién y cómo debe atar la pulsera?

Es aconsejable que solicites a alguien en quien tengas confianza, respeto y, aprecio, que te ate el Hilo Rojo, contar con la ayuda de alguien que te tenga cariño es preferible, ya que esto infunde al hilo la energía del amor y el cuidado, reflejando así su propósito fundamental. 

Antes de anudar el hilo, se sugiere meditar con el propósito de enfocar tus intenciones en el uso de esta herramienta. Puedes dirigirte al Creador o aquello que consideres fuente de la existencia, y pedirle la fortaleza y la conciencia necesarias para irradiar compasión, bondad, gratitud y perdón. Agradece y también pide que nunca te sientas envidioso de otro ser humano.

Si eres creyente, hay un rezo muy poderoso en la tradición hebrea que se puede leer “Ana Becoaj”.

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1 comentario en «La pulsera roja de siete nudos»

  1. Muchas gracias Mario por este excelente artículo.
    Nos ayuda a ver las aplicaciones del árbol de la vida en todas las circustancias de nuestra existencia, y de una manera práctica.
    Ánimo y sigue con tu actividad.

    Vicente A.

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