«Dos personas pueden obtener más sabiduría que diez»
Eclesiastés 4:9
En el Talmud, conjunto de textos que representan explicaciones y discusiones sobre la interpretación de la Biblia hebrea, apreciamos que las discusiones son una característica central y distintiva. Observamos como en estos textos, esencia de la cultura y pensamiento místico judío, se postula la relevancia de la discusión en el ámbito del aprendizaje. De hecho, se ensalza, en muchas secciones del Talmud, a las personas que saben discutir. Llegamos a leer en Berajot: «Cualquier decisión que se tome en una discusión es más sagrada que una decisión tomada de forma individual.» (Berajot, folio 5b).
Las razones por las que tienen tanta importancia la discusiones son varias, tengamos en cuenta que es producto de transmisión oral y, como tal, las discusiones y debates fueron una forma de clarificar ideas y enseñanzas. Estas discusiones a menudo involucraban a varios rabinos que ofrecían diferentes interpretaciones de los textos y leyes. Por otro lado refleja complejidad de los textos sagrados. La Torá, en concreto, se puede interpretar de diferentes maneras (Pardes). Las discusiones en el Talmud representan la búsqueda del conocimiento, como síntesis de la conjunción sabiduría-entendimiento representada en el Árbol De La Vida. La búsqueda del conocimiento (para los cabalistas) representa el modo de acercarse al Creador y participar en el proceso de la Creación.
Desafortunadamente, en nuestro tiempo, se tiene una mala impresión de lo que es un debate y una discusión. Suelen ser acaloradas y basadas en aspectos emocionales, más que en criterios objetivos. Vemos cómo los representantes de la ciudadanía se encierran en debates acalorados donde lanzan proclamas cuya intención es humillar al oponente, dejándolo fuera del marco de la racionalidad. También observamos cómo tienen mucho éxito los espacios televisivos en los que representantes de diferentes ideas esgrimen argumentos (a veces irracionales), donde uno trata de vencer y no de convencer.
Estas y otras situaciones han dado mala reputación a los debates y discusiones. Se considera mal que dos personas discutan y, en última instancia, aprendan del intercambio de ideas.
Lo primordial, cuando establecemos un debate o una discusión, es apartar el ego de la ecuación, ya que es el que nos hace involucrarnos emocionalmente con nuestros postulados. La idea es tratar de convencer más que vencer, y que nuestras explicaciones estén basadas en argumentos sólidos. Por otro lado, debemos tener en cuenta a la otra parte y escuchar sus argumentos, sin importar si estamos de acuerdo o no. Debemos tratar de extraer toda la información y conocimiento posible, con la clara intención de crecer y aprender. Siempre debemos tener en mente que toda aportación es enriquecedora. El Creador nos ha hecho diferentes para que aprendamos unos de otros, no para que nos distanciemos más.
Lo que ocurre cuando insertamos al ego y los aspectos emocionales en nuestros argumentos es que vence el mal. El satán, siempre al acecho, hace perfectamente su trabajo cuando le dejamos que interfiera. Cuanto más nos involucremos emocionalmente con nuestros argumentos, más expuestos estaremos a que el mal actúe en nosotros.
Cuando estamos dentro de una discusión y lo hacemos con una alteración emocional (por ejemplo el enfado) no estamos alineándonos con el Creador. Entendamos que no estamos trabajando en pos de la verdad y con la intención de hacer rectificación (nuestro proceso de Tikun) sino descendiendo en nuestro Árbol De La Vida y plano de conciencia a los niveles inferiores.
Quisiera hacer una aclaración sobre dos aspectos que, en ocasiones, se confunde, debate y discusión:
El debate se organiza de una forma estructurada, ambas partes basan sus opiniones en argumentos fundados; las dos tienen el rol de defender sus postulados tratando de vencer o persuadir a los demás sobre sus posiciones y suposiciones. El debatiente trata de convencer de que su posición es la correcta. Hay un enfoque basado en argumentos más fuertes para refutar los argumentos débiles del oponente.. Los participantes tratan de ganar a toda costa, incluso transgiversando o presentando información incompleta.
En cuanto a la discusión, se trata de un aspecto con menos estructura en el que dos o más personas plantean un asunto y exponen sus puntos de vista con miras a buscar una solución común, que muchas veces no se produce. En una discusión no se pretende disuadir al otro, más bien, se trata de compartir las opiniones y escuchar las de los demás. Se trata de un intercambio de opiniones en el que se pretenda llegar a un acuerdo. El peligro de las discusiones puede estar en caer en la vehemencia y en la anulación del contrario, por la entrada en juego del plano emocional y del ego. Por tanto, es fundamental tratar de comprender los puntos de vista de todas las partes y buscar una solución o acuerdo. Es fundamental que, en una discusión, la verdad y la integridad son valores más importantes.
Para concluir, os dejo algunas herramientas cabalísticas para que siempre triunféis en cualquier debate o discusión. Esto no quiere decir que tengamos razón o que venzan nuestros postulados. Nuestra misión no es esa. Como cabalistas, nuestra misión es descubrir la verdad y acercarla a la realidad. Los consejos son:
En cualquier situación mostrar confianza y no ser agresivo verbalmente.
Utilizar frases corteses. La cortesía es hermana de la consideración. Que es la principal norma que se debe cumplir. Eso sí, hay que tratar de ser directas y no usar eufemismos que pueden conducir a una mala interpretación de lo que queremos decir.
Escuchar al otro: hay que asegurarse de haber escuchado y entendido al otro. En caso de duda, siempre es mejor preguntar antes de esgrimir argumentos en contra del otro.
Permanecer siempre calmado: esto se debe practicar y mucho. Decía un profesor mío que la base de cualquier relación es la interpretación; por tanto, si no sabes mantener la calma, practica delante del espejo hasta que te salga. Hay que saber mantener la compostura en las situaciones difíciles. Es conveniente saber reflexionar antes de contestar.
Ser asertivo en el sentido de no tratar de incomodar el otro, pero tampoco sentirse mal por poner un límite o decir no. También hay que evitar la justificación innecesaria. Recordemos la sabia frase del latín “Excusatio non petita, accusatio manifesta “
Aprende a negociar. Si no sabes, haz un curso, lee, estudia. La base del éxito es saber negociar. Esto sirve en las discusiones, negocios, convivencia… en todo absolutamente. Además será de gran ayuda a la hora de resolver conflictos. Siempre que se pueda hay que tratar de no evadir los conflictos, aprender a resolverlos de manera constructiva y efectiva, para esto, hay que saber negociar acuerdos.
Hay que estar muy pendiente de las emociones que se están sintiendo durante la discusión. Si perdemos el control o caemos en algún sentimiento o emoción negativos, nos estaremos apartando del objetivo primigenio que era defender la verdad y no a nosotros mismos. Hay que expresarse de manera asertiva y empatizando con el otro.
Una herramienta muy interesante, de cara a perfeccionarnos en el ámbito de la asertividad, tan necesaria en cualquier debate o discusión, es la elaboración de una tabla donde vayamos anotando las situaciones que vivimos en las que tenemos algún tipo de reacción, las evaluamos y opinamos sobre nuestra actuación y la respuesta de los demás. A continuación ponemos un ejemplo:
Situación | Reacción actual | Sentimiento de la otra persona | Sentimiento propio | Aprendizaje |
Me interrumpen constantemente en una reunión | Callo y no digo nada | Seguro de sí mismo | Inseguro y frustrado | Debes practicar la assertividad y aprender a expresar tus opiniones y sentimientos con confianza. |
Alguien me pide un favor que no quiero hacer | Accedo sin decir nada | Contento | Resentido | Debes aprender a decir «no» de manera clara y respetuosa sin sentirte culpable. |
Me presionan para que compre algo que no quiero | Compro algo que no quiero | Satisfecho | Arrepentido | Debes aprender a ser firme y decir «no» en situaciones de presión. |
Me están criticando | Me siento mal y me pongo a la defensiva | Poderoso | Inseguro | Debes aprender a aceptar las críticas constructivas y a responder con asertividad a las críticas destructivas. |
Alguien me dice que haga algo que va en contra de mis valores | Hago lo que me piden | Contento | Incómodo | Debes aprender a ser fiel a ti mismo y a tus valores y a decir «no» a las solicitudes que van en contra de ellos. |
Estos son sólo algunos ejemplos, si alguien está interesado en que le mandemos esta misma tabla, pero vacía, que nos la solicite en https://aprendecabala.com/contactanos/
No debemos olvidar que el crecimiento personal y el desarrollo espiritual hace que suban nuestros niveles de conciencia y que nuestra calidad en debates y discusiones aumente.
Muchas gracias, Mario
Muy interesante