La figura de Santa Teresa de Jesús es una de las más importantes de la mística española y del mundo. Nacida en Ávila en 1515, su vida, pensamiento y obras han sido objeto de estudio y análisis desde entonces hasta nuestros días por teólogos, historiadores, religiosos y curiosos. Su vocación por acercarse al creador y sus experiencias místicas llaman la atención aunque poco se sabe de sus orígenes.
Una de las facetas menos conocidas de la vida de Santa Teresa es su origen judío. Según algunos investigadores, la familia de la mística española descendía de judeoconversos, es decir, judíos que se convirtieron al cristianismo en la época de la Inquisición y fueron perseguidos por el Santo Oficio.
El abuelo paterno de Santa Teresa, Juan Sánchez de Toledo, fue procesado por la Inquisición en 1485 y obligado a llevar el sambenito durante siete viernes, siguiendo la condena impuesta a los criptojudíos penitenciados por el Santo Oficio. Esta condena, que implicaba el uso de una vestimenta especial que identificaba a los penitentes, tenía como objetivo humillar y avergonzar públicamente a los judeoconversos.
La familia de Juan Sánchez de Toledo se vio obligada a abandonar un floreciente negocio de paños en Toledo y a trasladarse a Ávila, una ciudad con menos posibilidades, pero donde nadie les conocía ni sabía de su desgracia con el Santo Oficio. A pesar de las dificultades, la familia logró establecerse en Ávila y comenzar una nueva vida.
Aunque no hay pruebas concluyentes de que Santa Teresa fuera consciente de sus orígenes judíos, algunos estudiosos sugieren que es probable que ella lo supiera. Según estos expertos, la presencia de símbolos y elementos judíos en su obra es una prueba de ello.
Por ejemplo, en uno de sus poemas, Santa Teresa hace referencia al candelabro de siete brazos, un símbolo tradicional del judaísmo que se utiliza en la fiesta de Hanukkah. En otro poema, la mística española menciona el Shema Israel, la oración judía más importante y que se recita dos veces al día.
Además, en algunas ocasiones Santa Teresa utilizó palabras hebreas en sus escritos, como «Jah», que significa «Dios» en hebreo. Estas referencias y alusiones a la cultura judía sugieren que la influencia de los orígenes judíos de Santa Teresa podría haberse manifestado en su obra y en su espiritualidad.
Para terminar, aunque no existe una prueba concluyente de que Santa Teresa de Jesús fuera consciente de sus orígenes judíos, la evidencia sugiere que su familia podría haber sido judeoconversa y que la mística española podría haber estado influenciada por la cultura y la espiritualidad judías. Esta faceta poco conocida de la vida de Santa Teresa añade una nueva dimensión a la figura de una de las mujeres más influyentes de la historia religiosa y mística de España y del mundo.