El vacío existencial como camino hacia la conciencia de unidad.

“Es también conocido que los israelitas no habrían sido capaces de conquistar la tierra prometida y de vencer a sus moradores, si previamente no se hubieran endurecido con las fatigas del desierto.”

Maimónides, Guía de los descarriados

¿Qué es el vacío existencial?, ¿Por qué se produce?, ¿Cuándo aparece?, ¿Cómo se supera?

Son preguntas que trataremos de responder aunque dan para mucho más que para un artículo en un blog. Lo principal es diferenciarlo de un malestar anímico o cualquier otro problema de orden psicológico. El vacío existencial es un desequilibrio de orden superior mientras que, los problemas psicológicos, lo son en los órdenes inferiores. Para entenderlo, si separáramos el árbol de la vida en dos niveles, dejaríamos el vacío existencial en las tres sefirot superiores (Keter, Jojmá y Biná). 

El vacío es una necesidad para ascender a planos superiores, la oscuridad es la que permite la existencia de la luz para que pueda manifestarse, si no hubiera oscuridad, no podría haber luz ya que esta lo ocuparía todo y no podría aprehenderse. En el orden cosmogónico, toda la existencia se genera a partir del primer vacío (autocontracción del infinito). A partir de ese primer momento de realidad espacio tiempo, se produce el ingreso de la energía del infinito que hace ampliar ese espacio para recibir más luz.

Así como en el plano cosmogónico tiene que existir un vacío para ser llenado (un Kli de recepción), debe suceder lo mismo en los planos psicológico y espiritual para que se produzca el aumento de nivel de conciencia.

Si se producen vacíos en dimensiones concretas de los niveles inferiores, habría que hacer un trabajo de crecimiento personal (ámbito psicológico). El crecimiento personal se fundamenta en las energías egoicas que es el ámbito de trabajo de la mayoría de las terapias centradas en el individuo, cerca de la materia (Dimensiones inferiores). En primer lugar habría que diferenciar vacío existencial de traumas, depresiones, etc. y entender que si las dimensiones inferiores no están bien, no puede haber vacío existencial.

Suele aparecer entre los 35 y 45 años que es cuando el individuo ya habría alcanzado su madurez en los planos inferiores y, en este momento, toma conciencia de la fragilidad y el sinsentido del plano existencial en el que se encuentra. Es donde surgen las grandes preguntas sobre el sentido de la vida. Un aspecto a tener en cuenta es que cuando hay vacío, no hay dolor. Si hay dolor, estarían obrando fuerzas del mal: Mal por desconocimiento, por falta de luz, por exceso de límites. Lo que se experimenta en el vacío existencial es una sensación de absurdo (no hay sentido).

Hasta ahora la Biná (el pensamiento estructurado del individuo) daba respuesta a todo y le proporcionaba las zonas de seguridad donde asirse. Para la mente o nuestro pensamiento no existe la verdad, existe la seguridad: Esa comodidad en el ámbito material, el éxito social… (todo dentro del universo de Asiá). Biná ejercía influencia sobre todas las dimensiones del plano inferior: le decía a Jesed como amar, a Guevurá como poner límites, a Hod como hablar… sin embargo, con la trascendencia del individuo y para elevarse a Keter, Biná debe dejar paso a la sabiduría de Jojmá. Debe haber una unión entre ambas para mediante Daat, ascender por el tejón al plano superior.

La sensación que se experimenta es de falta de algo, sensación de orfandad, de soledad, de absurdez. (Como en el mito de Sisifo que llevaba la roca hasta lo alto de la colina para ver como rodaba colina abajo cuando terminaba de subirla).

La función de Daat aquí consiste en hacer un proceso de reconfigurción de la Bina para que, después de que haya armonía en todas las dimensiones inferiores, poder hacer el proceso de ascenso. De todos modos tiene que seguir habiendo un trabajo del Daat en las dimensiones inferiores. Es por ello que los cabalistas hablan de Daat superior (Daat Elyon) y Daat inferior (Daat Tachton). Como dice el Bahir “Haz sabio al entendimiento”.

¿Cuál sería uno de los motivos por los que a tantos individuos les supone un trauma el vacío existencial?

Seguramente por el exceso de dogmatismo. Una persona muy dogmática está sujeta a rígidas convicciones de lo que son las cosas, romper esa manera de pensar supone un esfuerzo demasiado fuerte dada la solidificación de la Biná (Klipá de Biná).

En el plano cosmogónico, la Neshamá (el nivel del alma superior correspondiente al universo de Briá) irrumpe para hacer el Tikún. Entra desde Keter, Jojmá y Biná de Briá para hacer este trabajo de reconfiguración. Y, es el momento en el que se produce la descentralización del yo. El paso del yo al no-yo. Isaac Levi de Berdichev (5. XVIII. Ucrania) prohibía decir “Yo».

Es el momento en el que el árbol del conocimiento (donde existe el mal) se fusiona con el árbol de la vida (el bien supremo).

En definitiva, el vacío existencial, la copulación de la Biná con la Jojmá para, a través de Daat atravesar el tejón se debe a la necesidad de trascendencia del individuo. Desde la Neshamá se nos va a instar a que hagamos esta elevación aunque, como poseedores de libre albedrío (no somos ángeles) podemos declinar este trabajo y dejarlo para futuras rotaciones del alma.

Señalábamos anteriormente que obrar en el mundo inferior no debe dejarse de lado. En otras culturas y pensamientos demonizan el plano físico, el arraigo, y huyen de estos planos inferiores. Esto, según la Cábala, es un error ya que salir del plano físico fuerza los límites estructurales y fragmenta su realidad a la que pertenecemos al vivir en el universo de Asiah. Tendemos a separar las dimensiones energéticas como si no tuvieran que ver las unas con las otras, en este sentido la Cabala aclara que las Kelim son energías que son contenidas por energías más densas. Este es un gran secreto dentro de la Kabbalah, encontrar dentro de malhut la luz de Keter.

Aparte de la necesidad espiritual de trascendencia del individuo, también se debe tener en cuenta que todo lo que existe tiene un sentido, sin embargo al sujeto le cuesta encontrar este sentido. Hace un trabajo durante toda su vida en el plano material, en el social, consigue grandes logros, pero llega un momento en el que se pregunta ¿todo esto para qué?. Ese momento, según la Cabala, es el de hacer crecer nuestros niveles de conciencia. El Daat (autoconciencia con conocimiento) nos lleva a acercarnos a la fuente, el Ein Sof. Y, a medida que nos vayamos vaciando, de las energías egoicas de los planos inferiores, iremos llenándonos de la luz del Infinito. Se hace y se tiene consciencia de la propia muerte en vida como decía Santa Teresa (Vivo sin vivir en mí). 

La verdadera felicidad va a suponer, por tanto, pasar por este plano ya que en los ámbitos inferiores, la felicidad es efímera pues se basa en satisfacer necesidades para conseguir obetivos en los planos de Malhut, Yesod y Tiferet.

En resumen, el transcurrir de la vida del individuo, sería pasar por Malhut, Yesod, Tiferet, el Tejom (vacío existencial) a través del Daat y alcanzar la conciencia Alef y la conexión con el Ein Sof.

La Cábala busca la conciencia de unidad con el Infinito desde nuestra percepción dela realidad

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