La conexión entre nuestra soberanía y nuestro entorno
Baruj Atá A-do-nai, E-lo-he-nu Melej HaOlam asher kideshanu bemitzvotav vetzivanu al Sefirat HaOmer.
(Bendito eres, Oh Señor, Di-s nuestro, Rey del Universo, que nos has santificado con tus preceptos y nos ordenaste contar el Ómer).
Haiom shemoná vearbaím iom shehem shishá shavuot veshishá iamim laomer.
Hoy es cuarenta y ocho días, que son seis semanas y seis días del Ómer.
Maljut es el objetivo final de la creación, donde la humanidad y el cosmos reflejan conscientemente la grandeza divina. En este día, estamos recibiendo todas las energías superiores a través de Yesod, que está asociada con la canalización de todos los atributos divinos de los planos superiores en la realidad manifestada. Así podemos entender cómo aparecen y se equilibran todos los valores en este plano.
Simbólicamente, Yesod está representada por el patriarca Yosef, quien, a través de su liderazgo, estableció una conexión fundamental entre Israel y Egipto, asegurando su supervivencia durante tiempos difíciles. Otro aspecto de Yosef es la conexión con los planos superiores, interpretando sueños y comunicando mensajes divinos que sirvieron para convertir situaciones adversas en oportunidades. Además, su responsabilidad e integridad se reflejan en su capacidad para vencer las tentaciones a las que se vio sometido.
Estas enseñanzas nos llevan, en el plano personal, a establecer un liderazgo sobre nosotros mismos con dignidad y justicia, a entender nuestra soberanía personal como un don que nos ayuda a elevarnos, a enfrentar distorsiones y desequilibrios como retos a vencer, y a establecer relaciones con nuestro entorno, entendiendo que son parte de nuestro proceso de crecimiento.

Sin embargo, una situación que aparece a menudo es que, al crecer espiritualmente, uno puede llegar a caer en el autoaislamiento, producido por su percepción de lo superior y la plenitud que percibe. Esta sensación de autosuficiencia, al estar conectado con su dimensión interior divina, puede llevar a la soledad y al distanciamiento, a entender que no necesita a los demás. Esto, según la Kabbalah, es un gran error; la persona necesita su entorno para desarrollarse y equilibrar con sabiduría los dos planos. En este sentido, Yesod también permite conectar con los demás.
Yesod es la base y el fundamento sobre el que se sustentan valores intrínsecos para que no se conviertan en efímeros. De este modo, la nobleza de la persona estará sujeta a firmes principios, las cualidades de comunicación y conexión estarán vinculadas al liderazgo justo y efectivo, alejado de intransigencias, y en el ámbito de la soberanía personal, cuyo sentido es la manifestación de la voluntad divina, ayudará a concretar la estructura correcta para integrar el Plan General de la Creación.
Examina tu soberanía; no debería impedir que te vincules con otra persona. De hecho, la autoconfianza permite que confíes en la soberanía de otro y facilita el vínculo con los demás.
Reflexión:
- ¿Mantengo mi dignidad en todas las circunstancias, o soy víctima de agentes negativos externos que me hacen ir en contra de mi soberanía personal y mis principios?
- ¿Tengo tendencia a aislarme de los demás, incluso creyéndome superior a ellos?
- ¿Soy consciente de la interconexión que tiene todo y de las consecuencias que tiene cada una de mis acciones?
En este día de Omer, debemos trabajar y esforzarnos para que nuestra soberanía y autenticidad se ejerzan de una manera justa y equilibrada, de manera que estén enraizadas en valores fundamentales para enriquecer nuestra vida y nuestra interacción con la realidad.
Que esta dimensión que canaliza todas las energías de los mundos superiores irradie y equilibre vuestra realidad.
Shalom a todos