42 días de Omer. Sexta semana, séptimo día, Maljut de Yesod

Dignidad y nobleza en la unión

Baruj Atá A-do-nai, E-lo-he-nu Melej HaOlam asher kideshanu bemitzvotav vetzivanu al Sefirat HaOmer.
(Bendito eres, Oh Señor, Di-s nuestro, Rey del Universo, que nos has santificado con tus preceptos y nos ordenaste contar el Ómer).
Haiom ejad vearbaím iom shehem jamishá shavuot veshishá iamim laomer.
(Hoy es cuarenta y un días, que son cinco semanas y seis días del Ómer)

Maljut representa la dimensión donde todo lo que acontece es percibido por nosotros. Es la dimensión donde la realidad se manifiesta. Todos los atributos de las anteriores dimensiones energéticas se canalizan llegan a este nivel donde toca apreciar toda la potencialidad de cada uno.

En ella tenemos como valores la nobleza, el liderazgo y la dignidad que, dentro de las relaciones y nuestro vínculo con los planos superiores e inferiores, son fundamentales. Muestra nuestro estado del ser y nuestras actitudes y es donde trabajamos sobre el terreno la causa consecuencia, ya que todo es causal. La dimensión emocional de Yesod que sirve como canal sintetizador de los atributos superiores se manifiesta aquí creando la realidad del reino. Supone la máxima expresión de austeridad y modestia espiritual y el reconocimiento de que todo nos viene dado.

Esta dimensión tiene dos vistas, como virtud y defecto ya que nos permite reconocer nuestra profunda vulnerabilidad como seres creados, seres limitados por nuestras propias emociones y deseos. A nivel simbólico se refleja en los textos con el hecho del Rey David, que se enamora de una mujer casada y manda a su marido al frente de batalla con la intención de que muera. Sin embargo, tenemos la gran virtud del arrepentimiento, como en este mismo caso, cuando acepta las consecuencias de sus actos.

Esta nobleza del ser, nos hace aunarnos con el proyecto de la creación y toda su grandeza, permitiéndonos ser respetuosos con la vida y hechos de los demás; tratando con amabilidad y cortesía a nuestros semejantes; siendo benevolentes con aquellos que lo demandan; dando hospitalidad y acogida a los más necesitados; siendo dulces y tiernos con los más desfavorecidos y nuestros seres queridos. Es donde todos los atributos de Luz dinvina presentes en Yesod, la dimensión de nuestra psique, pueden materializarse y verse reflejados.

El alma se materializa en este plano y manifiesta la majestuosidad del espíritu humano, por ello la llamamos la dimensión de la soberanía y la nobleza, nos lleva a darnos cuenta de lo mucho que valemos y a terminar con nuestros problemas de autoestima fruto de nuestra falta de autoconocimiento. Supone el empoderamiento total, ya que uno de los rasgos del carácter de la persona, que todo el mundo tiene es el liderazgo. Somos seres amados y necesarios y es nuestra obligación también ser emisores de ese amor, te necesitan en este mundo que es el lugar donde tu alma ha elegido estar con tus semejantes que son dimensiones energéticas de la misma fuente sagrada.

Planteamiento
¿Expreso mi dignidad y nobleza de una manera sana, entendiendo que es un atributo divino y no un mecanismo de defensa ante un entorno hostil?
¿Soy capaz de ver toda la soberanía y dignidad que los demás tienen y merecen?
¿Me esfuerzo en ver toda la luz que tienen mis semejantes y mi entorno y le doy sentido a mi vida haciéndoselo ver?
¿Me sientan mal los alagos y me afectan negativamente las críticas, en lugar de sacar lo bueno de cada cosa?

Ejercicio para el día:
Enfatiza y resalta las cualidades y fortalezas de aquellas personas con las que te relacionas, pero sin abrumar.

Que esta energía de Maljut de Yesod, proveedora de toda la gloria percibible se manifieste en nuestra vida y nuestras relaciones.

Shalom a todos