La generosidad en la humildad
Baruj Atá A-do-nai, E-lo-he-nu Melej HaOlam asher kideshanu bemitzvotav vetzivanu al Sefirat HaOmer.
(Bendito eres, Oh Señor, Di-s nuestro, Rey del Universo, que nos has santificado con tus preceptos y nos ordenaste contar el Ómer).
Haiom tishaá veesrim iom shehem arbaá shavuot veiom ejad laomer.
(Hoy es veintinueve días, que son cuatro semanas y un día del Ómer).
Empezamos la quinta semana del conteo del Omer, exploramos el atributo de la humildad. Este atributo nos invita a cultivar la modestia, el reconocimiento y la gratitud, reconociendo que nuestras cualidades y fortalezas provienen de una fuente divina y tienen un propósito superior más allá de la satisfacción personal.
El amor en esta dimensión nos invita a reflexionar que hay que amarse a uno mismo, como primer paso para todo lo demás. No se puede permitir la autodegradación o falta de autoestima, uno tiene que trabajar en ese sentido para poder proyectar su amor hacia los demás de manera sana; esto significa que uno debe ser consciente de sus límites y capacidades, pero sin castigarse.
Al trabajar en esta línea, se reconoce el verdadero potencial y hasta dónde se puede llegar. Una persona humilde está abierta al crecimiento y transformación, mientras que una persona soberbia se mantiene en una falsa percepción de grandeza. Cuando uno interioriza esta energía, se produce un cierto vaciamiento al darnos cuenta de que hay un todo mucho más grande que nosotros, de este modo, nos abrimos a un proceso de recepción de lo Superior. La humildad nos permite reconocer nuestras limitaciones y errores, y nos impulsa a buscar la guía y el apoyo de otros. Esto, a su vez, aumenta nuestra capacidad de recibir conocimiento, sabiduría y bendiciones.
La humildad no es sólo un concepto intelectual, sino que se manifiesta en nuestra sensibilidad y en la forma en que nos relacionamos con el mundo. Implica reconocer que podemos ser mejores de lo que somos y que podemos esperar más de nosotros mismos. Es una fuerza que nos impulsa a mejorar y a contribuir positivamente al mundo que nos rodea.
Unir amor con humildad nos invita a irradiar amor compasivo a nuestro alrededor, reconociendo la bondad inherente en cada persona y actuando con generosidad y empatía.
Al estar Hod también relacionado con el lenguaje, nos invita a reflexionar sobre cómo lo usamos. Debemos usar el amor en nuestro lenguaje, no usarlo para destruir. Debemos usar el lenguaje con rigor y contención, evitando el lashonará (mal hablar), el mal de ojo, la mentira y la calumnia.
Reflexión:
¿Mi humildad me hace ser más generoso? ¿Más expansivo? ¿O me inhibe y me constriñe?
Ejercicio del día:
Haz un acto altruista, pero no te sientas superior al hacerlo, agradece a esa persona que te ha permitido mostrar tu generosidad. Esto agrandará tu capacidad de recepción. Aprovecha también para hablar con amabilidad a tu entorno y, Bajo ningún concepto, hables mal de nadie.
Que esta quinta semana del Omer sea un tiempo de profunda reflexión, crecimiento y transformación en la búsqueda de la humildad genuina y el amor compasivo.