וּסְפַרְתֶּם לָכֶם מִמָּחֳרַת הַשַּׁבָּת מִיּוֹם הֲבִיאֲכֶם אֶת־עֹמֶר הַתְּנוּפָה שֶׁבַע שַׁבָּתוֹת תְּמִימֹת תִּהְיֶינָה׃עַד מִמָּחֳרַת הַשַּׁבָּת הַשְּׁבִיעִת תִּסְפְּרוּ חֲמִשִּׁים יוֹם וְהִקְרַבְתֶּם מִנְחָה חֲדָשָׁה לַיהוָה׃
Levítico 23:15–16
“Y contaréis para vosotros desde el día siguiente al Shabat, desde el día en que trajisteis el omer de la ofrenda mecida; siete semanas completas serán. Hasta el día siguiente al séptimo Shabat contaréis cincuenta días; entonces presentaréis una ofrenda nueva a YHVH.”
El conteo del Omer aparece en la Torá de un modo bastante simple, como una instrucción directa al pueblo de Israel, sin embargo hay algunas controversias en cuanto a su interpretación. Es cierto que en Vayikrá (Levítico) 23:15–16, se instruye al pueblo de Israel a contar siete semanas completas desde “el día después del Shabat” hasta el día cincuenta, momento en el cual se celebrará una ofrenda especial, que será conocida como Shavuot; sin embargo, en su trabajo «Counting the Omer: An Inquiry into the Divergent Methods of the 1st Century Judaisms», Tim Hegg analiza las distintas posturas surgidas en el judaísmo del Segundo Templo en torno a este conteo. Su investigación expresa las diferencias halájicas entre fariseos, saduceos y otros grupos, y también plantea preguntas fundamentales sobre la naturaleza del tiempo sagrado y el modo en que cada tradición se conecta con él.

La ambigüedad se encuentra en la expresión “מִמָּחֳרַת הַשַּׁבָּת” (mi-majarat haShabat) —“el día después del Shabat”—. ¿Se refiere al Shabat semanal (el séptimo día de la semana)? ¿O al primer día de Pésaj, que también es llamado Shabat por ser una festividad? A partir de esta ambigüedad, surgieron distintas formas de contar el Omer, y con ellas, distintas formas de vivir el tiempo sagrado.
Según el autor, durante el período del Segundo Templo, hubo al menos tres métodos en uso:
La interpretación farisea (rabínica clásica): Comienza el conteo el día 16 de Nisán, el día siguiente al primer día de Pésaj. Es el método que prevaleció en el judaísmo rabínico y el que se conserva hasta hoy. Este sistema interpreta “Shabat” como el primer día festivo, no como el sábado semanal.
La interpretación saducéa y boetusiana: Cuenta desde el día siguiente al primer Shabat semanal después de comenzar la festividad. En este sistema, el Omer siempre empieza en domingo, y Shavuot siempre cae en domingo también. Esta postura buscaba una literalidad del texto y desconfiaba de la tradición oral farisea.
La interpretación de la secta de Qumrán (probablemente esenia): Contaba desde el primer domingo después de finalizar completamente la semana de Pésaj. Este grupo seguía un calendario solar de 364 días, por lo tanto, su conteo no coincidía ni con el calendario lunar rabínico ni con el del Templo.
Estas diferencias no eran meramente técnicas; detrás de cada sistema había una visión del tiempo, de la autoridad espiritual y del vínculo entre lo humano y lo divino. Para los fariseos, la revelación incluye la Torá Oral, y por tanto, su interpretación es parte del mismo mandamiento. Para los saduceos, sólo la Torá escrita tiene autoridad, lo cual lleva a una lectura más literalista. Los esenios rechazaban ambos sistemas y vivían según un calendario revelado directamente por ángeles, según sus escritos.
Tim Hegg muestra cómo estas disputas estaban profundamente arraigadas en la lucha por la identidad y legitimidad del pueblo judío. El calendario marcaba dos cosas: el tiempo litúrgico y la autoridad de quien lo regulaba. La forma de contar el Omer definía con qué grupo uno se alineaba, qué tipo de mesías se esperaba, y cómo se entendía la Torá.

Tim Hegg
Por otro lado, desde la perspectiva de los movimientos mesiánicos y restauracionistas, se argumenta que Yeshua y sus discípulos siguieron lo que llaman el “método mesiánico”: comenzar a contar desde el 16 de Nisán, como los fariseos del Templo, pero manteniendo la conciencia espiritual de que ese conteo lleva al encuentro con la revelación. Este método está sustentado en la práctica de los levitas y en los testimonios de los evangelios sobre la resurrección. Para algunos autores, el Shavuot puede caer en diferentes días de la semana —no necesariamente domingo—, lo que demuestra que la lógica del conteo no es fija sino dinámica, dependiendo del calendario lunar.
El Talmud, en Rosh Hashaná 6b, confirma que Shavuot puede caer el día 5, 6 o 7 de Siván, según los días que tengan Nisán e Iyar en ese año. Esta flexibilidad rabínica es una de las claves para entender que el tiempo sagrado no depende de una fecha fija, sino de un proceso vivido. En este sentido, Shavuot no tiene fecha establecida en la Torá. No se dice “en tal día del mes”, como sí ocurre con Pésaj o Sucot. Sólo se llega a Shavuot si se ha contado el Omer. La festividad es el fruto de una construcción espiritual.
Por eso entendemos que contar el Omer es más que celebrar unas fechas, es construir un espacio interior que permite recibir la Torá. Las controversias sobre el conteo revelan las distintas formas de entender cómo se accede a esa revelación: por tradición, por literalidad, por misticismo… o, quizás, por una combinación de todas ellas.
Referencias:
– Hegg, T. (n.d.). Counting the Omer: An Inquiry into the Divergent Methods of the 1st Century Judaisms. TorahResource Institute.
– TorahCalendar.com. (2025). How Yeshua Messiah Counts the Omer.
Recuperado de https://www.torahcalendar.com