25 días de Omer, cuarta semana, cuarto día, Netzaj de Netzaj

El triunfo de la voluntad

Baruj Atá A-do-nai, E-lo-he-nu Melej HaOlam asher kideshanu bemitzvotav vetzivanu al Sefirat HaOmer.
(Bendito eres, Oh Señor, Di-s nuestro, Rey del Universo, que nos has santificado con tus preceptos y nos ordenaste contar el Ómer).

Haiom jamishá veesrim iom shehem sheloshá shavuot vearbaá iamim laomer.
(Hoy son veinticinco días, que son tres semanas y cuatro días del Ómer)

Nos encontramos en el punto central del conteo del Omer, Netzaj de Netzaj, una invitación a explorar la perseverancia en su máxima expresión. En esta dimensión se nos presenta la oportunidad de adentrarnos en la verdadera naturaleza de la voluntad y la persistencia. Esto lo hacemos en dos planos: por un lado, hacia nuestros objetivos (ámbito más enfocado al plano de la realidad) y, por otro, hacia nosotros mismos, hacia la conexión con nuestras emociones, fundamentales en nuestro proceso de transformación.

En esta transformación profunda que representa Netzaj de Netzaj, la voluntad, esa fuerza interior que nos impulsa a alcanzar metas y superar obstáculos, ocupa un lugar indispensable. Para ello, debemos desarrollar una fortaleza interior, esa determinación que nos permite superar la resistencia, vencer las dudas y mantenernos enfocados en nuestros objetivos.

Sin embargo, los verdaderos logros parten del triunfo sobre uno mismo y las malas inclinaciones. El autodominio, el poder de resistir las tentaciones, manejar los impulsos y mantenernos en lo que es importante para nuestro crecimiento personal, es fundamental en este camino. No es raro que aparezcan distorsiones y elementos que nos aparten del camino y nos lleven a comportamientos erráticos y cambiantes. Pero no debemos verlo como algo negativo. Todo aquello que enfrentamos, todos los obstáculos y dificultades que aparecen, están ahí para que extraigamos la Luz que llevamos en nuestro interior, para que fortalezcamos nuestra voluntad y nuestra capacidad de superación.

Nezjaj de Netzaj también nos invita a cultivar la afectividad y la empatía, tanto hacia nosotros mismos como hacia nuestro entorno social. En este ámbito emocional, donde reside gran parte del sufrimiento en este plano físico, esta energía nos ayuda a remontar la aflición, vencer al sufrimiento, superar la frustración de aquello que no sale como queremos y curar las heridas de origen afectivo y de la psique.

Por tanto, los problemas de relación también encuentran dirección y cura a través de la influencia de esta energía. Al superar estos obstáculos emocionales, experimentamos un crecimiento personal, alcanzando el deseado bienestar y equilibrio en los planos psíquico y espiritual.

La victoria, en última instancia, representa el autodescubrimiento. Es lo que nos permite acercarnos a nuestro ser equilibrado y transformado, ese estado de Tiferet desde el cual accedemos y evolucionamos en nuestro camino de transición. En la victoria reside el poder de nuestro interior, la fuerza que nos impulsa a lograr aquello en lo que creemos y a tomar las riendas de nuestro destino.

Hoy nos planteamos:
¿Es mi comportamiento y avance inconsistente y poco confiable?
¿Qué papel ocupa el miedo en mi manera de afrontar las dificultades, me vuelve inseguro, me bloquea?
¿En mi vida huyo o evito el compromiso?
¿Si me comprometo a cosas, lo hago desde una fuerza interior o coaccionado por elementos externos?
¿Soy consciente de la influecia que tienen los elementos del pasado en mi toma de decisiones actuales?
¿Me subestimo y autosaboteo quitándome valor?

Ejercicio del día:
Plantea el firme compromiso de tener hábitos saludables y enfocados a mejorarte y mejorar tu entorno. Por otro lado, agradece todas las dificultades que aparecen en el camino y que sirven para que aprendas y crezcas como persona.

Que esta dimensión “doble” (Netzaj de Netzaj) nos brinde la oportunidad de adentrarnos a la parte más profunda de las cualidades que debemos desarrollar.

Shalom a todos