22 días de Omer, cuarta semana, primer día, Jesed de Netzaj

El amor en la determinación

Baruj Atá A-do-nai, E-lo-he-nu Melej HaOlam asher kideshanu bemitzvotav vetzivanu al Sefirat HaOmer.
(Bendito eres, Oh Señor, Di-s nuestro, Rey del Universo, que nos has santificado con tus preceptos y nos ordenaste contar el Ómer).
Haiom shenáyim veesrim iom shehem sheloshá shavuot veiom ejad laomer.
(Hoy son veintidós días, que son tres semanas y un día del Ómer).

Simbólicamente, esta dimensión se conecta con los valores del patriarca Moisés, cuya determinación condujo a la liberación del pueblo de Israel. En este proceso, buscó la guía divina, pero demostró fortaleza y resistencia para llevarlos a la libertad. A su vez, además de la determinación, mostró una gran compasión y misericordia al discutir e interceder por su pueblo ante Dios. Jesed de Netzaj abre la puerta a la generosidad en la perseverancia.

En este plano energético, de este día del Omer, estamos reconociendo la Luz de la Misericordia emanada del primer día de la Creación. En nosotros, a nivel personal, implica acceder a un estado de conciencia expandida, muy alejada de nuestro parámetro restringido por nuestra percepción de la realidad. Teniendo en cuenta la cita de los Proverbios en la que se habla del alma como una lámpara para la Luz de Dios, nos sentimos distinguidos de poder participar en el Proyecto de la Creación. En nuestra vida, es cierto que hay oscuridad, pero esta Luz la ilumina desde el interior, representando la victoria ante las tinieblas. Esta Luz, que está en nuestro interior, permanece oculta ya que su intensidad es tan alta que debe mantenerse oculta, y es mediante nuestro trabajo de rectificación que vamos manifestándola.

Al afianzar este plano, elevamos nuestro nivel de conciencia, lo que significa trascender nuestras limitaciones y cultivar una perspectiva más amplia, viendo la interconexión de todas las cosas. Percibimos la Divinidad como una fuerza omnipresente que impregna toda la existencia. Esta fuerza la encontramos ya en todo lo que hacemos y experimentamos; nos liberamos de la tiranía de la búsqueda de satisfacción momentánea y experimentamos la prosperidad interior que no depende de las circunstancias externas.

La dimensión expansiva de Netzaj permite que nuestros esfuerzos, intenciones y actos no estén condenados. Gracias a la chispa de esta energía podemos perseguir nuestras metas con tesón, pasión y dedicación sin sucumbir. Permite luchar por aquello que creemos y no ceder ante los obstáculos.

Planteemos las siguientes cuestiones:
¿Soy confiable en mi determinación para asumir retos y enfrentarlos?
¿Mi firmeza y empuje son realmente fruto de mi Luz interior en aras de obtener y expandir amor o se basan en una tendencia a la obsesión, rigidez y tozudez?
¿Asumo el fracaso y la derrota en aquellos casos en los que, a pesar de mi perseverancia, no consigo lo que pretendía, o por el contrario me frustro y me lleno de negatividad?

Ejercicio del día:
En todo aquello en lo que te estás concentrando como objetivos, a corto, medio y largo plazo, pon el detonante del amor.

Que esta energía expansiva de Jesed de Netzaj nos haga conseguir nuestros objetivos con tenacidad, pero con amor.

Shalom a todos