La humildad en la compasión
Baruj Atá A-do-nai, E-lo-he-nu Melej HaOlam asher kideshanu bemitzvotav vetzivanu al Sefirat HaOmer.
Haiom tishá assar iom shehem shené shavuot vajamishá iamim laomer.
(Bendito eres, Oh Señor, Di-s nuestro, Rey del Universo, que nos has santificado con tus preceptos y nos ordenaste contar el Ómer
Hoy son diecinueve días de Omer, que son dos semanas y cinco días).
Hod es la dimensión del esplendor, nos enfocamos en la importancia de la claridad interior, la honestidad y la receptividad para alcanzar un estado de equilibrio y armonía con el mundo y con nosotros mismos. En este día, exploramos esta energía dónde la humildad prevalece en nuestros valores de compasión y amor.
Buscamos el equilibrio en esta dimensión restrictiva a través de la sinceridad, la humildad y el agradecimiento. Estas son las cualidades y virtudes que debemos activar en nuestro Yo interior formado tras superar las presiones de nuestro ego y los condicionantes sociales. Es en este aspecto donde somos conscientes de no caer en un endiosamiento personal. El desequilibrio en este punto deriva en el narcisismo, un problema de la psique que supone un bloqueo que impide el crecimiento.
La falta de humildad puede suponer que ejerzamos los actos de altruismo desde un lugar de superioridad moral, algo a veces común en el camino de la espiritualidad. Además, corremos el riesgo de ser condescendientes, haciendo daño en lugar de sanar. Es por eso que Hod, la sefira del esplendor en el Árbol de la Vida, conduce a cultivar la humildad como algo intrínsecamente esencial en la compasión.
Como meros canalizadores de esta energía y lejos de ser un mérito, tenemos una oportunidad para extenderla por el mundo. Trabajar en el sentido de experimentar y sentir compasión nos convierte en instrumentos de Su amor, permitiéndonos aliviar sufrimiento y brindar consuelo.
Dentro de nuestro trabajo de introspección, podemos plantearnos algunas preguntas:
¿Me siento superior por ser altruista?
¿Siento algún tipo de desprecio hacia aquellos más desdichados o necesitados de mi compasión?
¿Soy humilde y agradecido con Dios por darme la capacidad de sentir compasión por los demás?
En nuestro trabajo de crecimiento personal y espiritual, dentro de esta dimensión debemos practicar la empatía, tratando de comprender sentimientos y perspectivas; nunca criticar a los demás; no desearle ni hacer a los demás aquello que no deseamos para nosotros (este es un precepto básico de espiritualidad); no buscar reconocimiento ni recompensa en los actos de generosidad.
Por otro lado, hay que agradecer cada oportunidad que nos ofrece la vida de ser compasivo. Cuando ayudemos a alguien, en vez de esperar su gratitud, debemos estarle agradecido a él por habernos dado la oportunidad de ser generosos y de poder expresar nuestra interconexión con todos los seres.
Ejercicio del día:
Expresa compasión de forma anónima, muestra humildad en todos tus actos, sin buscar reconocimiento personal.
Que esta energía de Hod de Tiferet nos ayude a elevarnos
Shalom a todos